La cuestión sobre los estímulos y la reducción de los mismos sigue dominando la escena bursátil, aunque de lo que se trata es de calibrar si se producirá a mediados de septiembre, durante la próxima reunión de la Reserva Federal o a finales de año. Algo para lo que el mercado no está preparado, en ninguno de los casos y pese a los recientes ajustes, sobre todo si se atiende a las señales mixtas de crecimiento que, en términos generales, sigue siendo relativamente débil. Una idea que se baraja es que el reciente repunte de los rendimientos de los bonos podría prevenir a la Fed de frenar las compras de deuda tan pronto, dada la preocupación por la presión adicional que se infligiría en el mercado inmobiliario; la única fuente de crecimiento sólido y consistente de los últimos dos años. Además, ahora que nos adentramos en un período de mayor incertidumbre, la valoración de las acciones no es tan atractiva, ni la política monetaria tan efectiva, ni las ganancias corporativas tan abultadas como eran antaño. Wall Street tomará el pulso a la dirección que seguirán las tasas de interés en un futuro cercano, con dos acontecimientos económicos clave en el punto de mira esta semana: el producto interno bruto y los ingresos y gastos personales. Respecto al primero, el PIB del segundo trimestre, el consenso espera un crecimiento de 2,2% frente al 1,7% de la lectura anterior, reforzado por la inversión empresarial y por el consumo. En cuanto a los ingresos de los estadounidenses se espera que hayan aumentado un 0,2% en julio y los gastos un 0,3%. Adicionalmente para determinar la orientación del consumo será importante medir el grado de confianza de los consumidores, que esta semana llega a través de dos vías: el índice elaborado por el Conference Board, anticipado en agosto en 79,8 puntos, casi medio punto por debajo del mes anterior, y la encuesta de la Universidad de Michigan, prevista en 80,8 unidades en agosto, casi un punto más que en julio. No tan optimista será el resultado de los pedidos de bienes duraderos para los que se anticipa una contracción de 4% que pondrá fin a tres meses de tendencia alcista. Posiblemente entre los productos fabricados para que duren al menos tres años más afectados por una menor demanda se encuentren los equipos electrónicos (incluyendo ordenadores) y los metales primarios. Sin embargo, otro importante informe ligado a las manufacturas, el PMI de Chicago mostrará crecimiento si llega a los 53 enteros estimados en agosto. En el mercado inmobiliario contaremos con las ventas de casas pendientes para las que se espera un aumento de 0,5% en julio, y los precios de la vivienda de S&P Case-Shiller cuyo índice subirá 0,95% en junio, en las 20 mayores metrópolis de EEUU, si se confirma la previsión de los expertos. Atentos a las intervenciones públicas de varios presidentes de la Fed: John Williams (San Francisco), Jeffrey Lacker (Ritchmond), y James Bullard (St. Louis) en referencia a la política monetaria por lo que pudieran tener de oráculo. Mónica Coronatti, Editora de Sala de Inversión América
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